A sus 33 años no le tiene miedo a nada. Después de dos temporadas notables en el Levante, Xisco Muñoz (Manacor, 1980) decidió comprarse un billete de avión para volar a Georgia. Allí, enrolado en las filas del Dinamo Tbilisi, el balear está disfrutando sobremanera de "otro fútbol". "No tiene nada que ver a la liga española, pero al final la esencia del fútbol es la misma", explica en declaraciones a MARCA.com.

Para Muñoz, la aventura extranjera está resultando muy enriquecedora. "Me lo estoy pasando bien. He conocido otras culturas y otro tipo de fútbol. En el futuro quiero ser entrenador y para ello me viene muy bien esta experiencia. Además, estoy consiguiendo ganar títulos -algo que no todo el mundo logra- y el curso pasado fui el Pichichi de la liga", cuenta orgulloso desde el otro lado del teléfono.

Acompañado por el también español Ustaritz Aldekoaotalora, el manacorí vive una segunda juventud en conjunto que lidera con solvencia la tabla. "Están contentos conmigo aquí y por eso me han ofrecido renovar un año más. El trato es exquisito y todo está siendo de diez. Aunque tengo que pensar si seguir o no otra campaña más. Al final ya sería tres años y, a mi edad, hay que pensárselo bien", dice alguien que hace unos meses tuvo ofertas para irse a Turquía o Azerbaiyán.

Con ganas de más

Tras haberse quitado el miedo del extranjero, Xisco no desea volver a España. "Ahora lo que pienso es en volver a ganar la Liga y la Copa como hicimos el año pasado, repetir como Pichichi y después ya se verá. Aunque lo más seguro es que busque otra experiencia en el extranjero. No me veo volviendo ahora a España", asegura alguien que le ha cogido el gusto a hacer las maletas. Muñoz, quien asegura que el fútbol georgiano "va poco a poco y que necesita más ayuda de las teles", sólo quiere seguir haciendo lo que mejor sabe: marcar goles. Ya sea en Georgia o en algún otro país extranjero.